Interesante artículo en El Confidencial hoy. Quoteo el principio, y para quien no se vaya a leer el artículo, pongo el final en spoiler.
Todos hablan de las madres, pero ¿a quién le importamos los padres?
Discute sobre las afirmaciones de un libro, El Gesto de Héctor.
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El otro día un amigo reciente, de unos sesenta años, colombiano, me contó de su llegada a España, en los años 80. Me interesaba conocer su peripecia migratoria, pero acabé sabiendo de su abnegación paterna. Desde principios de aquella década, se encargó de cuidar a sus hijos, al punto de que nunca ha cotizado. Era su mujer la que traía el dinero a casa. Me admiró este adelanto a los tiempos modernos, donde yo mismo, mi amigo L, el amigo S. de mi novia, y varios otros que no cito por no llenar el párrafo con el alfabeto entero hacemos más o menos lo mismo. Los motivos pueden ser el paro del varón, o el consabido cálculo de que si el varón hace por ganar más ese plus se le irá en la guardería -y mejor cuidar de tus hijos que cuidar de una nómina; o el hecho de que el tipo se lo pueda permitir, y lo deja todo para guardar a la familia.
El caso es que me pedí por Reyes 'El gesto de Héctor' (Taurus), de Luigi Zoja, único libro más o menos fiable sobre -como diría el propio Zoja- reconocer niños. Eso hace en verdad el hombre, afina nuestro autor, reconoce un niño como suyo y eso le convierte en padre.Spoiler: