Regístrate para eliminar esta publicidad
Lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien
DALÍ
20 no se, dejémoslo en Tirso da Ponte y su colega Lorenzo de Molina
Lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien
DALÍ
El tenor francés Benjamin Bernheim es la nueva promesa del canto, y acaba de sacar su primer album al mercado, con el contenido habitual para un cantante de sus características. Tan sólo una pieza se sale de lo común, "Tout est fini", una bonita aria de la ópera Dante, de Benjamin Godard:
Música litúrgica, rock´n´roll de los dioses. La Missa Solemnis de Beethoven, una obra que desde que la escuché por primera vez me dejó conmocionado, tanto que todavía me provoca asombro. A pesar de que a uno de los mejores musicólogos que han existido (T. W. Adorno) no le gustó, es una obra de tales dimensiones, escala y magnitud que me atrevería a aventurar que no hay obra humana que pueda compararse en términos de tamaño, volumen y proporción. Ni arquitectónica, ni artística ni ingenieril, quizás la misa en Si bemol menor de Bach. Es tan sumamente exagerada que bordea el ridículo, con ese fervor maniaco con que Beethoven envuelve su música.
En fin, creo que ha quedado un poco hiperbólico, pero uno tiene que dar rienda suelta a sus impresiones de vez en cuando.
Este es el Santucs Benedictus, un momento de recogimiento donde el violín interpreta una de las páginas más bellas que se han escrito para el instrumento, donde un pasaje tan tenso, tan intenso que parece que mantiene a pulso toda la bóveda celestial encima de sus hombros. Máxima concentración, máxima responsabilidad.
No sé si Ludwig creía en Dios, lo que es seguro es que Dios si que creía en Beethoven. Más le vale.
Sviatoslav Richter tocando la Sonata Nº 2 del cromatológico compositor Scriabin.
¿Es esto lo suficientemente mórbido?
Julia Wolfe, una compositora norteamericana fundadora del movimiento "Bang on a Can" donde se hacen maratonianas sesiones de música donde se van turnando los intérpretes y obras con la gente de la audiencia y los músicos visitantes. Realmente le dan un aíre muy actual y social a la música clásica actualizando los formatos, temáticas e interpretaciones para apelar a la vigencia y validez del género. Sus obras tienen además de una implicación social muy acusada un aire más comercial o cinematográfico sin que ello suponga un abaratamiento artístico. Tiene cuartetos de cuerda, obras para orquesta y solistas y obras corales. Especialmente interesante su oratorio Fire on my Mouth basado en un incendio en un vecindario de Manhattan de principios de siglo.
Esto es de una obra para ocho contrabajos llamada Stronghold.
Estoy desarrollando un amor especial con los cuartetos de 4 cuerdas...ya saben, violín, violonchelo, chello.
Pero.... estoy dando manotazos de ahogado... necesitaría 3 o 4 recomendaciones para comenzar a explorar con paso firme.
Gracias!
Hola León, los cuartetos de cuerda (y sus derivadas) son como la tortilla de patatas, una receta mágica y maestra insuperable. Tienen la complejidad, polifonía y narrativa sinfónica (con un abanico tonal, cromático y de contraste dinámico mucho más reducido) pero un equilibrio de voces, intimidad y sobre todo, una “sinceridad musical” que es muy difícil de encontrar en otros formatos, incluidos los sinfónicos, los cuales son más propicios a parpetarse en ese arsenal acústico que representa una orquesta.
¿Recomendaciones?, toneladas o miles de toneladas, allá donde mires encontrarás verdaderas joyas. Muchos compositores han dedicado gran parte de sus esfuerzos creativos a esta fórmula mientras que otros la han empleado de forma ocasional. En ambos casos los resultados son extraordinarios.
Sin pretender ser demasiado exhaustivo y atendiendo un poco al desarrollo del género yo te diría que Haydn es un gran comienzo (y final), realmente el creador de este tipo de conjunto (como también hizo con la sinfonía). Aunque Boccherini lo empleo antes, las reglas formales, expositivas y “sintácticas” del cuarteto de cuerda las establece y desarrolla Haydn. Beethoven es el primer gran revolucionario del formato, a la manera de cómo suele hacer las cosas, demoliendo y alterando los fronteras expresivas. Y no te hablo de los últimos cuartetos de cuerda que son un avance de dimensiones cósmicas, sino de la etapa intermedias (los Razumovsky ¡¡¡¡). De los últimos ni te hablo, parece como si se hubieran compuesto ayer mismo. Más moderno, dejando a un lado la escuela alemana (Viena) muy experimental pero de una transcendencia mucho más limitada y los impresionistas franceses el gran salto es Bartok, una especie de extraterrestre étnico. Difícil de encasillar, un método compositivo totalmente alejado de las corrientes conocidas, con una rítmica abstrusa y si no te haces a ellos, francamente inhabitables, pero a mi juicio muy influyentes en el devenir del género. Ahora mismo yo diría que es una época sin una corriente clara, más bien una heterodoxia formal y temática.
Pero esto no quiere decir que sean los que tienes que escuchar, la calidad de las obras no requieren de innovación para poder ser evaluadas.
Por decirte algunos que me llaman la atención (por una razón u otra) son los siguientes;
Haydn: Opus 17, Nº 4 en Do Menor. Haydn tiene casi 70 cuartetos de cuerda y yo diría que el 90% de ellos son magníficos.
Juan Crisóstomo de Arriaga; Sus tres cuartetos de cuerda. Este vasco que murió prematuramente antes de cumplir 20 años al que llamaban el Mozart español y al que hay que oír para creer como es posible elaborar composiciones tan elegantes y bien proporcionadas son solo 17-18 años.
Beethoven; Cualquier cosa de sus 15-16 cuartetos.
Mozart: Los Haydn y los Prusianos. Los Quintetos
Schubert: Todos, especialmente los últimos y los quintentos.
Felix Mendelson: El Nº 2 y el 6. Y ya que estás aquí échale un vistazo al octeto de cuerdas
Anton Bruckner: El cuarteto y el quintento.
Los dos de Borodin y el 1º de Smetana
Más contemporáneo
Los 6 de Bartok
Los 15 del Brasileño Villa-Lobos
Los 15 de Shostakovichs
Los 7 de Martinu. El intrigante primer cuarteto llamado “Tres Centauras” compuesto con solo 12 años (????)
Los dos de Janacek
Los cinco de Elliot Carter.
El de Ravel y el de Sibelius.
Pero vamos, hay diez mil listas como estas a la que podrías echar mano sin temor a equivocarte.
También tienes otra opción. Si todavía no estás muy enganchado puedes huir, esto es una adicción muy peligrosa.
Saludos
Jajaja.
Cómo bien dices...puedo huir antes de que sea tarde.
La verdad que te agradezco de corazón.
Y no sólo por los conocimientos que compartes, también por el tiempo y la garra que le metiste.
Mil gracias.
Ahora.... no sé por dónde empezar
Haydn y Mendelson serán para iniciar (de hecho ya está sonando).... pero no esperes comentarios inteligentes, eso ya escapa a mis posibilidades.
P D: es cómo un placer prohibido escuchar esto.
Incidiendo en los cuartetos, una pequeña recomendación, con mi cuarteto favorito de Haydn.
Se trata del No. 2 en re menor Op. 76, "Quintas" (los seis cuartetos incluidos en el Op. 76 son bellísimos, realmente), interpretado para la ocasión por los jóvenes componentes del Quatuor Hanson:
No hay de qué León, ya sabes que a los que nos gusta la música la segunda cosa que más nos gusta es hablar de música, aunque sea mal. La tercera no me acuerdo. Lo que sí es cierto es que, especialmente los cuartetos, una vez que te han impregnado sabes que te acompañarán de por vida, puedes escuchar muchas cosas pero siempre terminas volviendo a ellos. Luego ya el estilo, la corriente o la época es una cosa más secundaria, donde cada uno marca sus preferencias. Haydn es fantástico y hay por ahí varias ediciones muy apetitosas tanto en precio como en calidad, como la de 27 cuartetos y las 7 palabras de Cristo en la Cruz de los Amadeus Quartet, aunque mis favoritos son los Festetics Quartet Húngaros (con instrumentos de época). En Naxos había varias ediciones baratas si mal no recuerdo. Yo en el tema de descargas no controlo nada o casi nada.
Estos son los Festetics
Y el primer cuarteto de Arriaga
Saludos
Pues como corresponde a estas fechas, vamos con un precioso villancico a 8 voces, "Fuera, que va de invención", compuesto por Joan Cererols i Fornells en el siglo XVII:
Die Tote Stadt (La ciudad muerta). Una de las óperas imprescindibles del siglo XX. Una obra de Erich Korngold, ese émulo de Mozart conocido como el último romántico (no muy acertado en mi opinión) o ese gran compositor del que nunca has oído hablar. Fue junto a Max Steiner el creador de la música cinematográfica o banda sonora. Indudablemente son los que escribieron el libro.
Esta obra fue compuesta con 22 años, basada en la misma obra que dio lugar al Vértigo (De entre los muertos) de Hitchcock, con un libreto escrito por su padre. Una obra turbadora y morbosa en la que la negación de la pérdida, la obsesión por los ideales de belleza y la autodestrucción provocada por las ideas religiosas llevadas al extremo son mostradas en medio de un paisaje insano en plena descomposición (la ciudad de Brujas).
Es una ópera maravillosa, y este dueto (Glück, das mir verblieb) es de una belleza ensoñadora, capaz de parar el tiempo. Precisamente, Jonas Kaufmann, uno de los tenores estrella del momento, debutó recientemente el difícil papel de Paul, el protagonista.
Una pequeña aclaración: "Die Tote Stadt" se basa en una novela y una obra de teatro del escritor belga Georges Rodenbach, la novela en concreto se titula 'Bruges-la-Mort'. Mientras que la película de Hitchcock se basa en la novela de Boileau-Narcejac, 'D'entre les morts'. Es debatible si esa novela se inspiraba, o no, en la obra original de Rodenbach.
En cualquier caso, ese maravilloso dueto merece que lo escuchemos en otra interpretación. En este caso, una clásica entre las clásicas, con Richard Tauber y Lotte Lehmann: