Me llama la atención esta noticia sobre algo que podría considerarse habitual, la deslocalización, aunque difiere en que no piden subvención o rebajas fiscales para continuar en el país.

Los fundadores de Spotify, Daniel Ek y Martin Lorentzon, han escrito esta semana una carta abierta a las autoridades suecas que es en realidad un ultimátum. Hacen tres peticiones. Suecia debe cambiar la fiscalidad a las opciones sobre acciones, de las que la empresa es adicta con sus altos empleados. Debe actuar sobre el mercado inmobiliario de Estocolmo, porque los ejecutivos que contrata consideran sus precios prohibitivos. Y debe transformar un sistema educativo que, aseguran, enseña demasiadas manualidades y muy poca programación de software. De lo contrario, la empresa, que tiene los cuarteles centrales en Suecia, pero la sede social en Luxemburgo, dejará de crecer allí. O, directamente, se irá.
"Borgen" es Disneylandia

Ahora supongamos que son los deseos de las empresas las que marquen cuales son los intereses que deben primar en caso de conflicto.

La protección de la inversión extranjera es uno de los objetivos del TTIP. Y para ello plantea la creación de un tribunal de arbitraje que permita a las empresas obviar el sistema jurídico de cada país y recurrir directamente ante esta instancia cuando crea que un Estado se ha saltado lo convenido en el tratado, con la posibilidad de imponer multas multimillonarias.
¿Qué es el TTIP? | Economía | EL PAÃS

La importancia de lo que se llegare a firmar en el tratado es tal que puede afectarnos, a mi entender negativamente, en algo más que una simple normalización comercial entre continentes.