Como algunos de vosotros ya sabéis, y como buen recién casado que soy, me encuentro en el inolvidable proceso de elegir pantalla de TV para mi nuevo hogar.

En una de las visitas que he realizado en el día de hoy, y después de darme grandes sorpresas por las abismales diferencias de precios de unos establecimientos a otros, por fin os puedo decir que, hoy, he visto la luz.

Materializada eso si en un Pioneer Pro-FHD1 de 50" con resolución 1920x1080, soporte 1080p, y visualizando un partido de tenis en HD a 1080i.

¿Sabéis lo que es no poder dejar de mirarla?
Tener la sensación de estar hipnotizados por su increible cuadro nego?
¿Sabéis lo que es mirar hasta los espectadores de la última fila y verles casi hasta los pelos de las orejas? Esto último la verdad es que no es muy agradable, verdad?

Simplemente genial, la calidez, el brillo, la definición, la estética.
Pegas? Pues hombre, que para 9.000€ podían haberle puesto al menos un sintonizador y un par de altavoces... que menos no?

En fin, nos resignaremos, y dejaremos tan suculentos placeres para aquellos que puedan permitirse ese pedazo de pantallón. Aunque claro, el Sony 46X2000 no está mal tampoco eh! ;-)