Ayer tuve ocasión de acudir al preestreno de esta película y debo reconocer que salí abrumado por las intensas dos horas y media de cine que habían transcurrido ante mis ojos.
La primera reflexión que me provoca esta película es cuestionar el papel de los guionistas de cine ¿tiene sentido sentarse a escribir el guión de una película cuando tenemos a nuestro alcance innumerables libros, novelas, comics con muchísimas posibilidades como el de Stieg Larsson que ahora nos ocupa? Pero este tema puede dar para una larga discusión y quisiera volver a retomar la película.
No puedo establecer comparaciones con la novela de Larsson porque no la he llegado a leer pero sin duda ha sido un reto condensar en una sóla película toda la trama novelesca que se desarrolla de una forma natural aunque y milimétricamente dosificada. Toda la acción se desarrolla en primera persona desde el punto de vista del protagonista Mikael Blomkvist, una forma muy efectiva de implicar desde el primer momento al espectador en la historia y sin necesidad de otros artificiosos recursos narrativos que hubieran supuesto un lastre en la narración.
Con unos cimientos tan sólidos, el resto de la película estaba supeditado a un buen acoplamiento de los actores con sus personajes, nada fácil para los protagonistas ya que sus personajes tienen una profundidad pasmosa (puro cine nórdico, recuerden). Pero el reto ha sido superado con soltura por la pareja protagonista (Noomi Rapace y Michael Nyqvist), la labor no hubiera sido sencilla para actores de otros lares pero la idiosincrasia nórdica de todo el equipo encaja a las mil maravillas con la novela que sirve de punto de partida.
La película se abre alegóricamente con un primer plano de unas manos abriendo un paquete, este paquete contiene una intrincada historia que vamos a tener que ir tejiendo a medida que los hilos de los dos protagonistas empiezan a verse entrelazados de una forma más que original. Hay que avisar que la trama es dura y en ciertos momentos resulta muy áspera, sin ningún tipo de miramientos, lo que puede sorprender a aquellos más habituados a los agradables envoltorios de otro tipo de producciones.
Resumiendo, la mejor opción en una decaída cartelera de transición hacia los blockbusters veraniegos. Quizás una de las últimas ocasiones de disfrutar en la butaca antes de bajar la persiana hasta la próxima temporada. ¡Qué ustedes la disfruten!