Dicen que 9 de cada 10 terremotos prefieren a Chile. Una de las ventajas de vivir en un país sísmico es que los edificios además de sísmicos son aislantes acústicos casi perfectos, puedo hacer una fiesta en mi casa y nadie se entera, bueno, estoy exagerando, pero puedo poner la música bastante fuerte y nadie se entera. Además la normativa chilena exige puertas anti fuego, que pesan una barbaridad, y también aíslan mucho.
Al otro lado del pasillo viven varios universitarios, que esos si que meten bulla, cuando sales de tu departamento se escuchan claramente, pero adentro no se escucha nada.
Más molesta cuando en verano se juntan a conversar hasta tarde en la terraza de algún vecino, eso si se escucha.

En un edificio cercano vive un saxofonista, que a veces toca en su terraza, y saca aplausos de todos los edificios cercanos.