Volviendo al Garrard DD-131, quería dejarles finalmente unas curiosidades que experimenté, por si le viene bien a alguien.
Cuando nivelé el plato (la verdad es que no se me había ocurrido ni le puse importancia hasta que me lo mencionó JDPBILI) saqué la tapa para tener mejor acceso con el nivel a los 4 lados del perímetro, y cuando terminé de poner galgas bajo las patas instalé de nuevo la tapa... sin darme cuenta en ese momento que su considerable peso hizo que las patas traseras bajaran unos 0,5 mm y por tanto el nivel inicial se trastocó bastante! por tanto, tuve que nivelar de nuevo con la tapa puesta :-(
Lo dejo ahí para los que como yo reproducen con la tapa abierta (todo el peso de la tapa atrás!), porque siempre me ha parecido que la tapa bajada hace de resonador del sonido ambiente (volumen alto) y se mete por el fonocaptor. Aparte, con la tapa abierta puedo utilizar sin obstáculos un dispositivo "home made" de recoge-polvo mientras reproduce, a base de un cilindro de poliuretano expandido (corcho blanco de embalajes) forrado con terciopelo, que me va divino... tanto que siempre me sorprendo del polvo que retiro al finalizar cada cara de un LP que parecía limpio.
Al cilindro antedicho le instalé su propio brazo, ultraligero, para no necesitar contrapesos, y con análogas medidas y ángulos que el principal, pero tomado desde el vértice opuesto al del brazo fonocaptor, donde la luz estroboscópica (unos 6 cm del borde del vinilo). Hay que ocupar tiempo bajo ensayo y error para procurar que su peso no perjudique la velocidad de tracción del motor, y para que finalmente todo el conjunto esté lo suficientemente alineado para que el recogepolvo consiga la misma velocidad radial que la aguja y esté siempre más o menos 1 cm por delante de su estela.
Espero que mis experiencias relatadas sirvan para ahorrar tiempo a algunos otros amantes del vinilo.
¡La realidad es analógica!
Saludos
Carlos