Capitán, a estas horas tan impropias, os doy mi mas sincera bienvenida después de tanto tiempo. Es un honor veros de nuevo en tierra firme. Soplad con fuerza, soltad ese silvido y que vuestra faz recupere los colores propios de la tierra con cada sólido paso. Las olas cobrarán forma de mujer y vuestra entumecida y arrugada huella la dibujarán haciéndola real. El frio viento del norte que embruteció vuestros anhelos, tornara en cálido poniente en vuestro rostro y con un soplo de ron la soledad del mar se desvanecerá, aunque siempre hallaréis vuestro refugio en él...

Un abrazo