Hola Xaviaska,

Hay muchas cosas que se pueden utilizr para sacarle el mejor partido a nuestro equipo dentro del contexto de nuestra sala.

Una de ellas (especialmente si tenemos un equipo 5.1, aunque también sirve para uno estéreo) es el uso de un sonómetro. Este mide la intensidad de sonido desde el lugar (o la zona, si así lo preferimos) de escucha. Para ello un sonómetro muy utilizado en EE.UU. (y muy económico allí, yo lo compré aqué en El Corte Inglés antes de saberlo y me costo unos 130 euros) es el de Radio Shack.

Se trata de medir el volumen (en decibelios) lo más exactamente posible de cada uno de los altavoces de tu equipo 5.1. Para ello se utiliza el ruido rosa de ajuste que suelen traer los amplis A/V y, si estás utilizando las salidas analógicas de tu reproductor, también su equivalente en él. Se sitúa el sonómetro apuntando al techo y a la altura en la que quedarían tus oídos en el lugar de escucha (preferiblemente sobre un trípode, para evitar reflejos del sonido desde tu cuerpo). Reproces el ruido rosa en el primer altavoz (preferentemente a 85db) y tomas la medida en decibelios de dicho altavoz como punto de referencia para los demás. Dependiendo de dónde esté cada altavoz situado en tu sala puede que tengas que darle más volumen o menos a alguno de los otros altavoces. Con ello te aseguras que algunas características de tu sala no inciden en cómo escuchas el campo envolvente del 5.1.

La razón por la que se apunta el sonómetro al techo y no a los distintos altavoces es porque no tenemos las orejas dirigidas directamente a los altavoces y con este procedimiento (que me enseñó un ingeniero de sonido de San Francisco) obtendrás un balance más realista.

Otra cosa para la que sirve el sonómetro, junto con un disco de tonos de prueba, es para ver qué frecuencias están disparadas en tu sala, así como cuales están siendo anuladas por resonancias de otras superficies. Y es que si una onda se ve enfrentada a sí misma en la habitación como consecuencia de un reflejo se anula y no la escuchas en el lugar de la medida. Ello se ve en el gráfico que dibujes con las medidas como una caída mayor o menor en la señal. Desafortunadamente, estos problemas como dije antes no se resuelven con ecualización ya que lo que haces con él es dar más (o menos) volumen al problema en la frecuencia problemática, no eliminar el reflejo. Ahí es donde entra el mobiliario y hasta las llamadas 'trampas de graves'.

Existe software específico para medir estas frecuencias que te puede incluso dar un dibujo tridimensional de las frecuencias en tu sala en el que verças no sólo las que están equilibradas, las que están demás y las que están de menos, si no su duración en el tiempo. Esto último es muy importante porque no se trata sólo de escuchar las distintas frecuencias sino de que estas lleguen a tu lugar de escucha (y terminen) en el momento correcto. De no ocurrir así, de haber muchas resonancias (sonidos que continúan más allá de su duración en la música que estés escuchando) el sonido se te 'emborronará.'

En los graves para ello se utilizan las famosas, y ya mencionadas, trampas de graves que tienen por finalidad eliminar las resonancias (no los graves) con lo cual se obtienen unos graves más contundentes y definidos.

Evidentemente, todo esto que te cuento es solo la punta del iceberg de un tema que puede convertirse en un interesante pasatiempo y que puede aportarte más mejora de sonido que comprar un equipo más caro. Estoy seguro que muchos de los compañeros más veteranos aquí te podrán ampliar muchas de estas cosas que he mencionado aquí y añadir otras.

Un saludo