Cita Iniciado por Merlín
Matías, eso quiere decir que la fuente no importa. Eso es justamente lo que esperaba leer
No, no he dicho eso . La economía es una ciencia que se define como el estudio de la mejor asignación de los bienes suceptibles de usos alternativos.

Eso quiere decir que debo de comprar bien partiendo de un presupuesto . Yo no empecé así, no tenía 6.000 euros y empecé a montar el asunto, no .

Empecé de cero y sin recursos (me acababa de casar) Y luego, a partir de una calidad aceptable, he ido mejorando, cambiando algún componente y manteniendo otros . La premisa así planteada es distinta .

Si yo empezara de cero con 6.000 euros, es distinto . Las diferencias de calidad en fuentes analógicas podían llegar a ser enormes pero en las digitales lo que es enorme es el precio entre diferentes aparatos para pequeñas mejoras auditivas en comparación. Si obviamos el resto de prestaciones y nos basamos sólo en la calidad de audio, para 6.000 euros yo me quedaba con un mueble de Ikea, Carrefour o Bricomanía, metía más chicha a la amplificación, como señala ALFER, y me iba a la segunda opción pero metiendo más presupueso en amplificación .

Es decir, con un lector medio, una amplificación decente de gama media y unas muy buenas cajas, tendré mejor sonido en mi opinión que con una fuente de referencia, un ampli medio-alto y unas cajas medio-bajas .

La razón, en mi opiníón, es que unas buenas cajas serían capaces de restituir casi todo lo que les llega y es la parte de más distorsión armónica de la cadena . Son fáciles tasas de más del 1% en el segundo armónico.

Un lector normal tiene una THD inferior al 0,01 % . Mejorarlo puede ser con un lector mejor pero esa mejora la cagas en las cajas. No sé si me he explicado.

En cuanto al ampli, es fácil encontrar aparatos con THD del 0,07 % y que tengan una buena entrega de corriente . Poir tanto, la clave de la distorsión está en las cajas . Pero si hace falta chicha para moverlas bien no habrá que despitar el músculo, o sea, el amplificador.

Por supuesto que esta mi valoración personal a cómo enfocaría yo el asunto y, por tanto, es perfectamente discutible.