Aparte de gustar o no, que ya es motivo como para poder desinstalar una aplicación, es la cantidad de memoria que utiliza que en un futuro puede venirnos de maravilla para instalar cualquier otra cosa que SÍ nos guste o interese.

Yo no lo veo como un secuestro exactamente, lo veo como una imposición absurda por parte del fabricante que aparte de ocupar espacio, me quita rapidez de acceso a otras que a mí me interesan más.