Lo del control de calidad es evidente, pero afecta no sólo a las FALD, sino a todo el negocio de fabricación de televisores. El número de unidades defectuosas es excesivamente alto.
Supongo que los fabricantes lo tendrán calculado, y les resultará más barato reemplazar los aparatos que devuelvan los clientes o tengan que cambiar por uno nuevo en garantía, que mejorar los controles de calidad.



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