- Hola, ¿eres Dios?.
- Si.
- ¿Puedo preguntarte algo?.
- Por supuesto.
- ¿Qué es para ti un millón de años?.
- Un segundo.
- ¿Y un millón de euros?.
- Un céntimo.
- Oye, ¿y podrías darme un céntimo?.
- Espera un segundo.