Un hombre caminado por la calle encontró una lámpara muy antigua al lado de la vereda. Como estaba muy sucia la empezó a limpiar frotándola con la manga de su camisa. De pronto de la lámpara salió un genio, el cual era inmenso y tenía la voz como rugido de león.

-Amo, puedes pedir un deseo y te será cumplido.

El hombre era muy ambicioso y no dudó en pedir su deseo lleno de pasión.

-Quiero que me hagas bien rico.

-Cómo no, papito, voltéate.