Un político que sale de su aislamiento a besar bebés y a darse un "baño de multitudes", (por supuesto, en campaña) en los tiempos que corren, con lo que nos hacen, se arriesga.
Un riesgo calculado (bien o mal) que por otra parte le va en el generoso sueldo.
Es como cuando Frank de la jungla empieza a cantar, zarandear y a realizar tocamientos impuros a cualquier pobre animal que se le ponga (o que le pongan) a tiro... a veces hay sorpresas.
No digo que se lo merezca, digo que si juegas, a veces toca.