Desde distintas Comunidades se han adoptado iniciativas de reforma estatutaria.
Quiero dejar clara mi posición: reformar los Estatutos es optar por vivir dentro
de ellos, es aplicar la Constitución y, en consecuencia, apoyaremos las
propuestas de reforma.
La legitimidad de las reformas estatutarias sólo tiene para nosotros dos
condiciones: el respeto a la Constitución y su aprobación mediante mayorías que
supongan un amplio consenso político y social, porque la reforma estatutaria
sólo tiene sentido si incrementa la cohesión social; nunca si es un elemento de
fractura, de confrontación, de división o enfrentamiento en el seno de una
Comunidad.