Lo veo como otro paso para ampliar la instauración de un sistema educativo de dos niveles, el nivel superior para los retoños de una casta dominante en formación y el nivel inferior para la casta servil.
El nivel superior constaba de colegios privados, inalcanzables para la mayoría de los padres una vez pagados los impuestos -baste recordar dónde se educan las hijas de Montilla- y de buenas universidades en el extranjero.
El nivel inferior constará de universidades-fábricas de títulos inútiles en las que bastará tener un corazón que lata para que te den el papelito, destino de los graduados por los actuales institutos y colegios públicos sometidos a la dictadura de los "pedabobos". Estos son aquellos pedagogos (casi todos los que mandan en el campo, de hecho) más interesados en conseguir que nadie destaque para no traumatizar a los que son más normalitos o más perezosos. De ahí la abolición de las notas, permitir pasar curso con media docena de suspensos y otras lindezas.
Por suerte todavía quedan Universidades públicas en España dignas de su nombre. A ver cuánto duran.