Parte de razón tienes. Todo el mundo pudo ver a los Beltzas repartiendo leña a cara descubierta poco después del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Pero también recuerdo ver dos o tres furgonetas de los Mossos con material antidisturbios en una concentración convocada en la Plaza de San Jaime de Barcelona por el Foro de Ermua o una organización de esas, y también he visto como en las concentraciones de Ciutadans antes de las autonómicas los herederos de los Escamots parecían gozar de patente de corso para reventar las reuniones.
En la reforma del Código Penal que hizo un gobierno de Aznar se intentó introducir el odio como agravante del crimen, a semejanza de lo que hay en UK y en USA, para luchar contra ultraderechistas en el primer caso y contra los del KKK en el segundo, pero los nacionalistas se oponían.
Y esa impunidad de los ultras en las universidades es preocupante. Como mínimo se les tendría que expulsar.