Gracias Luis. Gracias por aflorar en mí sentimientos de felicidad que nunca había conocido en mis 40 años. Gracias por tu profesionalidad, por el partido de Italia, el de Rusia, por la final de Alemania. Gracias por hacer que 40 millones de españoles fuésemos hermanos durante unos días. Gracias por hacerme olvidar mis problemas, por ser español y por vivir. No te conocí personalmente pero para mí eras mi padre, mi hermano, mi amigo. Eras una persona de la que siempre aprendía y nunca te olvidaré. Dice el refrán "es de bien nacidos ser agradecidos". No pude hacerlo en vida pero queda aquí expresado. Descansa en paz, Luis