Cada vez que sale un crío (y por desgracia los no críos) por la tele intentando explicar algo, cualquier idea, concepto, incluso una opinión propia, se da uno cuenta el gran cubo de estiércol que es la educación en este país. A eso le sumamos el nulo interés de los jóvenes y lo no tanto, y el resultado se deja ver por desgracia.