No me dieron la oportunidad de posicionarme en mi bautizo, y rebelarme frente a la primera comunión me costó una cuerada de cojones, subida a un Mastichodendron foetidissimum y bajada mediante bomberos incluida -la imagen de mi viejo al pié del árbol con las manos "casualmente" apoyadas en la misma cintura que albergaba su cinto de piel no era precisamente alentadora.
Pero anécdotas personales al margen, a mi me parece que la declaración de un estado como laico y no confesional, para posteriormente establecer "convenios" con una Iglesia-Estado en pro de determinada confesión me parece poco serio y un fraude a los propios ciudadanos. Algo que, de tan arraigado, ningún gobierno de la democracia se ha atrevido ni a cuestionar.
Pasa como con los bancos y cajas, ¿porqué han de pagar los ciudadanos el mantenimiento y restauración del patrimonio de la Iglesia? Vale que se haga con los Bienes de Interés Cultural y Patrimonios de la Humanidad, aunque sigan perteneciendo a la Iglesia, pero en mi ciudad hay una Iglesia del siglo XVII quemada desde hace más de 30 años e incluso la Catedral lleva años cerrada por ruina y el obispado no se gasta un duro en ellas, esperando socarronamente a que lo haga el estado -máxime desde que la ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad- mientras que su querido Obispado, presa del fuego en 2006 fué inmediatamente restaurado con gran parte de fondos públicos.
Vamos que les importa un pimiento el culto, pero que sus "oficinas" no cierren, no vaya a ser que la solterona o viuda sin hijos de turno se las encuentren cerradas el dia que van a firmar la donación de todos sus bienes.
Por supuesto hablo de la Iglesia como institución, que es la que ha montado todo este revuelo, no se me vayan a soliviantar los creyentes, que cada uno puede creer en lo que le dé la gana.
Saludos