Lo primero que se debería hacer cuando un inmigrante (que no sea futbolista o artista, vamos, con $$$) es preguntarle su destino elegido, así si:

Piensa instalarse en Andalucía, le llevamos a una finca de la duquesa de Alba y lo ponemos delante de un toro, para que entienda, como buen andaluz que se preste.

Si por el contrario piensa ubicarse en el País Vasco, le enseñamos a manejar cocteles molotov, típica costumbre...

Si desea quedarse en Madrid, es muy sencillo, que se aprenda el camino al Valle de los Caídos, como muy buena y españolísima costumbre.

Si quería ir a Polonia, pero no se confundió de avión, pues que se haga el polaco en Cataluña, para seguir esa costumbre tan española del nordeste peninsular.

Pero si solo viene a buscarse la vida, a trabajar, bajo el imperio de la ley española, pero no quiere ir a los toros, ni irse de chiquitos, ni ir al Bernabeu, que se busque otro lugar donde gorronear.



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