Totalmente de acuerdo en tus apreciaciones.
Estamos, si no me equivoco, pidiendo coherencia y honestidad a los políticos para poder creer en ellos.
Es muy dfícil que lleguen a conseguirlo - tal vez Labordeta - porque priman los intereses de partido antes que la convicciones personales más íntimas.
Esté quien esté en el poder siempre ve la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio.
Y en estos casos debe permanecer en la menoria para poder sopesar el valor ético de las palabras de quien habla.
Podrás informar de una irregularidad hallada en un político, pero por favor no exijas aquello que has sido incaoaz de aplicarte a ti mismo.
La ética y el rigor deben aplicarse en cualquier estadio del debate.
Por ejemplo, un policia que me hablase de la banda de ladrones desarticulada despues de haber cobrado de la banda rival, aunque haya hecho su trabajo y parezca loable, me permito ponerle en la picota porque no tiene ni pizca de ética.
Todos sabemos que debería hacer.
Es un acto de fe que hacemos cuando les votamos y una exigencia permanente su cumplimiento.
De no ser así su palabra no tiene - no debería tener - valor alguno.
Eso a la postre depende de cuanta fe hayamos puesto.
La creencia y confianza depositadas en algo o alguien entran en el ámbito de lo personal y por ello un motivo de conciencia muy íntimo.
El espíritu autocrítico también.
Un saludo.