Más que molesto, adaptado ya a su condición de eterno secundón en París. Es la vez que más tendría que haberse cabreado, pero de la que más ileso -al menos de cara al respetable- ha salido. Dignas de poema fueron sus caras -con grito de impotencia incluido- en 2005 (semis) y en las finales de 2006 y 2007. Ayer fue como un "nada, chico... arréame a placer". El ¿trabajo? de Higueras lo hubiera hecho yo mejor y cobrando una centésima parte, oiga. Luego lo del festejo... si bien cumplió con su ya conocido respeto profesional y sentimental por el helvético, la celebración no se llevó a cabo por el contencioso que se tienen los jugadores con el Presidente de la Federación, queriendo evitar el entorno de Rafa cualquier evento oficial en el que figure el personaje/personajillo de Muñoz.
Y sí; la paliza causó patetismo en la mirada ajena, o como dicen algunos latinoamericanos, "Rafa tiene a Federer de hijo en tierra".
Saludos,
Jgtx.