En general estoy de acuerdo con vosotros, Marias y Belmonte.

Lo publico y lo privado, conviviendo en una proporcion "justa" para el bien comun.

Pero ahi esta lo dificil.

Comentabas Matias que los politicos corruptos necesitan de la empresa privada. Y yo creo que ha sido al reves. Las empresas privadas, necesitaban el concurso de los politicos y los corrompian. Pero bueno, da igual, el resultado ha sido el mismo. En este caso fallo claramente una cosa, que son los mecanismos de control, tanto de empresarios como de politicos. En este sentido, creo que estamos lejos de otros paises de nuestro entorno, donde, salvo error, no se dan casos tan aberrantes como en nuestro pais.
En segundo lugar falla otra cosa importantisima, como es el sistema judicial. Si al primer corrompido y/o corruptor les hubiera caido un buen paquete, seguro que en la actualidad, el volumen de sinverguenzas seria menor. Pero aqui te recuerdo que uno de los primeros fue Pujol y la Banca Catalana y mirale, ahi ha estado 35 años robando desde su sillon.

Luego esta la delgada linea entre determinadas politicas, como por ejemplo la sanitaria. No se ha ido deteriorando el servicio ( mas en determinadas comunidades ), "porque si". Se ha ido deteriorando en relacion a como surgian negocios y negocios en la sanidad privada. A peor servicio publico, mayor inversion en el sector privado. Lo mismo en educacion, transporte, etc.

Luego está lo que comenta Belmonte en su penultimo parrafo. Para mi, tiene dos "errores". Uno, que lo publico, no tiene porqué ser rentable por si mismo. Y el segundo es, que no se puede llamar monopolio a un servicio publico, y no hacerlo por ejemplo con el sector energetico en España, de telecomunicaciones o financiero. Estos tres, por ejemplo, son en sí monopolios puros y duros. Con su mercado repartido en porcentajes casi inamovibles, con precios casi identicos, y con horrorosos servicios en todos ellos. ¿ Con quien comparamos estos productos o servicios ?

Saludos