Desde luego que han sido unas fechas nefastas para el mundo simio, hace unos días falleció Kim-jong-il y ahora Chita. Recomiendo la lectura de su biografía no autorizada (Prima-te quiero ser) para descubrir un personaje mucho más complejo de lo que ha transcendido al público. Desde sus inicios en el cine, donde tuvo que lidiar con la confusa sexualidad de ser un macho interpretando papeles de hembra hasta la tremenda humillación de ser sustituido por un humano para el papel de Cornelius en el planeta de los simios. También se narra cómo interiorizó el sufrimiento que le produjo la llegada de Jane y como abusaron de su formidable flexibilidad en las sudorosas y exóticas noches selváticas primero Tarzán, luego Jane, y más tarde Tarzán y Jane al unísono. Hasta Boy, el mismo hijo de Tarzán se apuntó a las actividades nocturnas en cuanto se olió el percal. Solo Maureen O´hara pareció apercibirse de la verdadera identidad de Jiggs (verdadero nombre de Chita), ya que tanto Weissmuller como Sheffield (Boy) siempre respondieron con evasivas cuando fueron preguntados al respecto. Es fácil comprender de donde vino la inspiración del famoso grito de Tarzán, o el sentido oculto de su expresión ¡Ancagua Chita, Ancagua!.

Su cima artística fue su interpretación del papel de Pedro el Rojo en el Informe para una Academia de Kafka, y su mayor error aceptar interpretar a un licántropo en una producción Albano-Griega llamada El Hombre Lobo en una prisión de mujeres (Werewolf in a womens prison). Aunque el público de este tipo de películas no es muy exigente, y la galería de personajes es desalentadora (karatecas, fontaneros, momias, etc.) hay que tener mucha fuerza de voluntad para hacer pasar a un chimpancé por un hombre lobo.

No es el momento de críticas, así que espero que chita se encuentre ahora en ese sitio donde se junten todos los grandes actores del reino animal que ha habido; Skyppy, Flipper, Rin-tin-tin, Lassie, Hello Kitty, Godzilla, la rana Gustavo y tantos otros.

Un saludo