Como sabes todo es opinable Dacres y desde luego muy interpretable. A mi me parece entender de tu mensaje que la prueba del nueve de que una televisión pública merece su supervivencia es el ratio de audiencia cosa con la que no estoy de acuerdo. Al menos con su interpretación literal y cruda. Para mí la mejor televisión suele ser la minoritaria y la peor la mayoritaria o de amplia audiencia. Ojalá que el dilema de las televisiones autonómicas fueran el de mantenerlas por su bajo sharing pero con una calidad fuera de discusión, como lo que tu mencionas de la TVE a partir de 2011 con lo que estoy muy de acuerdo. El hecho real al que nos enfrentamos es el de unas televisiones con las mismas parrillas de las privadas compitiendo con los mismos contenidos. Eso, además de ser competencia desleal para las privadas distorsiona todo el mercado. Ahora, el que una televisión se mantenga abierta no depende de su eficiencia económica sino del nivel de subvenciones y fondos públicos que se le asignan. TV3 es un ejemplo paradigmático de esto; una cuota buena (que no excelente) con unos costes descomunales. Palma pasta a manos llenas por ofrecer algo que ya está cubierto por las cadenas generalistas. Es decir, no está abierta por que se lo merezca sino porque la subvencionan descaradamente. Ahora a todo esto le sumas una manipulación (en su línea editorial) de los que mandan y ya tienes el cóctel perfecto.

Respecto al tema del lavado de cerebro es un argumento que me provoca escalofríos, pero no veo cual puede ser la justificación a que tanta gente puede esgrimir unos argumentos tan sumamente inconsistentes (cuando no francamente retrógrados y de carácter xenófobo) apoyen la independencia de Cataluña. Si dejas de lado todo ese tema de los sentimientos y la cosa esa amorfa del desafecto (temas en los que es imposible llegar a ningún acuerdo), no he escuchado un solo argumento que se sostenga en pie. Porque todo eso de la falta de libertad, falta de autogobierno, el oscurantismo español, el expolio de Cataluña, la asfixia cultural y la panoplia de argumentos revenidos que suelen salir a pasear me parecen auténticas gilipolleces, como de hecho asumen las propias autoridades catalanas cuando no impugnan a los tribunales europeos e internacionales que pueden regular estos conflictos.

Saludos