Los investigadores encontraron una mayor incidencia de tumores mamarios y problemas hepáticos y del riñón, además de comprobar una esperanza de vida menor en los animales. Este mismo maíz se importa en España para consumo humano y animal, y se cultiva en campos experimentales con la posibilidad de que contamine a campos colindantes de maíz.
...
Una de las primicias de la investigación es que se ha analizado la exposición durante dos años a los alimentos transgénicos. Hasta la fecha, la mayor parte de los estudios fueron realizados por la propia industria biotecnológica para conseguir la autorización europea, con test de 90 días, lo que hacía imposible conocer los efectos a largo plazo. El estudio, en un periodo de dos años, precisamente revela que en los primeros meses no se detectan anomalías. Esto implica que, como mínimo, se deberían revisar todas las evaluaciones de seguridad de todos los maíces transgénicos aprobados para consumo humano y animal en la UE, exigiendo estudios toxicológicos a largo plazo.
La sociedad española lleva más de 15 años expuesta a los transgénicos, solo en 2011 se cultivaron cerca de 100.000 hectáreas con OMG, contaminando al resto de cultivos, y sin conocer el alcance de los mismos. Pero además, el 15% de los productos que contienen soja y maíz están contaminados por organismos modificados genéticamente
según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Ante estos datos, es evidente que el Gobierno no puede garantizar la seguridad en la salud de la ciudadanía si se sigue cultivando e importando maíz y soja transgénicos.