Pues la solución al problema ha sido muy sencilla. Desconectar cable HDMI y conectar cable.
Automáticamente cartelito de HDR y cambio radical en la imagen. De ser oscura y feota a adquirir unos colores de escándalo.
O bien el firmware del TV o el de la consola, que también se actualizó a la vez, me jugaron una mala pasada.