(...) Cinco años han empleado Fish y los suyos para lanzar su criatura,
pequeña en tamaño -pesa menos de 300MB-, pero
gigantesca en ambiciones. FEZ, a poco que le demos una oportunidad, puede convertirse para todo el que se obsesione con sus puzles en una obra maestra visual, sonora y jugable; un
reto a la inteligencia a la vez que un
acto de amor y adoración a una jugabilidad y estilos ya perdidos en las texturas HD del momento. Plataformas clásicas, exploración y puzles que adquieren un nuevo significado con un truco para nada original como es el de cambiar la perspectiva, pero implementado como jamás se ha visto, en un título que se convierte en la
esencia pura de lo que es un
videojuego, de lo que representa, de lo que supone: entretenimiento e inmersión en la experiencia jugable por encima de todas las cosas. FEZ consigue algo que se necesita a gritos, desesperadamente, en esta generación: el reconciliarnos con un sector que para muchos de nosotros se está volviendo irreconocible ante nuestros ojos reales y virtuales. Puede que esta criatura indie formada de píxeles e ilusión no golpee con tanta fuerza como Braid, o al nivel de popularidad de Minecraft, pero a buen seguro que encandilará a quienes se dejen arrastrar por su propuesta, siendo objeto de culto instantáneo, imprescindible absoluto en las listas de muchos. (...)