Visto lo visto, como pienso que la mía está a punto de caer (es de la segunda semana, aunque no la uso mucho), cuando llegue el día de las alabanzas, creo que la llevaré a reparar a una de esas tiendas mágicas que te cobran 80 euros. Y si se rompe el lector, lo mismo.

No le doy un duro a ganar a Sony ni de coña. Esto es, que no piensen que la voy a llevar al SAT para que me envíen un no se qué, y no voy a dar pie a que hagan caja a mi costa con una slim.

Llegado el día que no se pueda arreglar, se la doy a mi hijo, que le gustan bastante los cacharros, y que se divierta destrozándola.

Lo que hay que ver, y a lo que hemos llegado.

Saludos.