Yo recuerdo uno que me encantó en PS2, se llamaba Project Zero y consistía básicamente en hacer fotos a los fantasmas a modo de arma, mientras recorrías una lúgubre mansión y jardines japoneses. No llegué a acabarlo, (soy muy paquete y dejo la mayoría inacabados por falta de tiempo), pero me encantó.
Los primeros minutos, con luces apagadas y Home Cinema a toa leche, es lo más acojonante que he visto en un videojuego...