Conclusiones
No es un juego de carreras, no es una aventura, no es un plataformas: es todo eso bien mezclado, dando una lección sobre cómo combinar elementos diversos en un único conjunto homogéneo y sólido. Rare sorprende con las novedades que componen el tercer título de la saga principal de este dúo único formado por Banjo y Kazooie.
Baches y cachivaches sorprende igualmente por su frescura sobre una fórmula establecida y contrastada, y su capacidad de reinventarse.
Los vehículos, por tierra, mar y aire no dejan de recordarnos en algunos momentos que no es, ni mucho menos, la
primera vez que Banjo pilota (ni la segunda, en realidad), y aportan un desarrollo profundo al multiplicar las soluciones posibles a los retos propuestos. Igualmente, se muestra repleto de misiones principales y secundarias, y aunque nos gustaría algo más de variedad en éstas, la cosa funciona bien. Repleto de humor e irreverencia, incluso consigo mismo, el nuevo
Banjo-Kazooie mantiene el espíritu que le hizo ganarse un hueco en el corazón de muchos aficionados, y viene a llenar un importante hueco en el catálogo de Xbox 360.