Conclusión
A pesar de que algunos lo puedan tachar como la “oveja negra” de la familia, Final Fantasy XIII ha conseguido encontrar su camino hacia la gloria sin tener que revivir algunas de las ideas de anteriores títulos. Ofrece el mejor sistema de combate que se recuerde en un Final Fantasy, un sistema de desarrollo de personajes tremendamente adictivo (que nos permitirá desarrollar a los héroes hacia donde más nos guste) y un profundo sistema de armamento y accesorios.
Al principio deja unas sensaciones un tanto “frías”, aunque por fortuna para todos este sentimiento acaba desapareciendo, dando lugar a uno de los desarrollos más divertidos y adictivos que he tenido el placer de jugar en los últimos años. De hecho, puede que más de uno de los que tienen alergia a los J-RPG podría acabar enganchado, pues es bastante diferente a lo visto hasta ahora. Seguro que algunos habrían preferido tener más libertad de movimiento, pero un gran juego no es grande si no genera un poco de polémica, y las apuestas valientes como estas siempre tendrán detractores, aunque a mí me ha parecido un juego excepcional.
Quizá si hubiese salido bajo otro nombre se habría librado del estigma de “es muy lineal”, puesto que al ser un Final Fantasy, todo el mundo concibe que tenga que ofrecer un amplio mundo a explorar por el que tener combates aleatorios. Sin embargo, os invito a que os olvidéis de todo lo anterior y lo disfrutéis como se merece, como una entrega totalmente diferente de lo visto hasta ahora.
Lo mejor: El sistema de combate, que es el mejor hasta la fecha en la saga. El apartado gráfico. El apartado sonoro. Es duradero como pocos. La historia es francamente buena, y se apoya en el excelente diseño artístico para convencer definitivamente al usuario.
Lo peor: Le cuesta arrancar. Algunos echarán en falta más libertad de movimiento.
Historia: 9.5
Jugabilidad: 9
Multijugador: --
Gráficos: 10
Música/Sonido: 10
Edición Española: 8
9´5