Si yo estuviera en el lugar en que se ha colocado a sí misma la Toga Nostra, procedería a una absolución con votación de 4-3, y sin votos particulares de los tres magistrados que votarían a favor de la culpabilidad.

Así, por un lado, intentaría transmitir una pátina de legitimidad a esta sinsorgada, vendiendo que era un asunto de alta complejidad jurídica, digno de una sesusa deliberación, y que finalmente no se ha podido condenar, aunque tengan la convicción íntima de la culpabilidad.

Por otro lado, te evitas el recurso de amparo al TC, y la ostia inevitable de la justicia europea.

Pero vamos a ver por donde salen la Toga Nostra. Ahora ya se habla de otras figuras delictivas... Puede que den rienda suelta a la creatividad de los magistrados.