Feno, hijo mio.... Ya te lo dije, hay momentos en la vida que hay que saber interpretar pequeños gestos, palabras, hechos aparentemente intrascendentes...
Ya me gustaría a mi darte el trabajo hecho pero por desgracia muchas veces las cosas se complican, escapan de nuestras manos y se tambalean nuestros cimientos, lo negro se vuelve blanco y lo blanco, negro.
En todo caso te deseo suerte y no te preguntaré de que equipo eres tú o cual es tu afiliación política
PD: No te quejarás de que no os entro al trapo, si es que me tenéis aquí a vuestro servicio.