Hay mucha razón en las cosas que decís.
Aquí, hablábamos principalmente latín y nuestros idiomas, derivan de ello. La gente hablaba a oído, casi nadie escribía y, por tanto, no había normas sobre el lenguaje. Así, sabemos que el río Ebro debe su nombre al río Ïbero, Zaragoza, a Caesar Augusta, Tarragona a Tarraco Nova y Cartagena a Cartago Nova, por citar algunos.
Hoy no sólo prácticamente en el mundo civilizado todo el mundo escribe y sabe leer, sino que, además, hay normas para preservar la esencia del idioma (la RAE, por ejemplo) y que vela porque el idioma se enriquezca, pero la esencia del idioma, se mantiene (llevamos más de 500 años con alguno de ellos). Si renunciamos a eso, se comete un error.
Si dejamos el idioma al libre albedrío y sin normas, podríamos decir que la vicepresidenta, nacida en Cabra, municipio de Córdoba, es una cabrona.
Pues no, decir eso es un error, un error propio de incultos ; es, gracias a las normas y al latín, EGABRENSE, luego mejor no saltarse las normas en esas cosas, creo yo.
Con el plural, pasa lo mismo. Y no sólo eso, sino que provocaría enormes errores jurídicos, pues si se diferencia o se pretende diferenciar el plural, cuando eso no se haga en cualquier Ley, el género femenino quedaría INDEFENSO ante la Ley, porque el plural sólo se referiría al género masculino y eso sería generar un problema mucho más grave de lo que se cree, problema en el que me temo no ha caído más de uno.
Moraleja : una cosa es la igualdad, cosa que cualquier mente razonable debería defender pero sin hacer el tonto, y otra es que seguramente por incultura e ignorancia, se haga el tonto y hay que prevenir para que no se haga el tonto y el ridículo inútilmente.
Yo, me quedo con lo primero. El populismo, aunque vende, es comer basurilla hoy y mierda mañana, aunque parezca que mola.
Un saludo.



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