Antón Losada.
https://www.elnacional.cat/es/opinio...1_102_amp.htmlA momentos de puro realismo mágico como preguntarle a Jordi Turull si era socio de Òmniun Cultural, les han sucedido instantes de absoluto desconcierto donde o el representante del ministerio fiscal se perdía en sus notas, o no entendía su letra, o tenía que acudir el presidente Marchena en su auxilio para preguntarle qué quería preguntar exactamente o aclararle que, por mucho que repreguntara, el acusado no iba a acabar diciendo lo que buscaba. Entre semejantes momentos de gloria, horas y más horas de preguntas e interrogatorios basados en titulares de prensa, declaraciones a radios e imágenes de televisiones. Lo que está presentando la fiscalía no es una acusación penal, se parece más a una tertulia mediática donde se pretende pillar al oponente tirando de hemeroteca.
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La explicación puede que sea mucho más sencilla. La fiscalía no se reserva, tampoco se equivoca de táctica interrogatoria. Simplemente, no tiene caso. La fiscalía se lía porque no tiene manera de probar la existencia de un alzamiento coordinado y violento para subvertir el orden constitucional y proclamar la independencia y sale a ver qué pesca, a ver si hay suerte y suena la flauta o los acusados se inmolan por error o por gusto. No interroga a fondo porque emergerían sus propias contradicciones, no las de los acusados, y no les acorrala con pruebas porque no las tiene. Así de crudo.
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