Es que lo que a ti te parece que "no funciona", a otros les parece que "sí funciona". Por ejemplo, a la comisaria europea de Justicia saliente, la señora Vera Jourova.

La euroorden funciona entre bien y bastante bien. Es un mecanismo eficaz, quizás necesita ser un poco más eficiente. Y que ha mejorado muchísimo la forma en que los sistemas jurídicos de los distintos países de la UE trabajan juntos.

Pensar que por una situación muy específica en España, con una legislación también muy particular al respecto, no funciona la euroorden es no entender el fondo del asunto. Es la excepción, no la regla. Y una excepción que no va a desaparecer en un futuro previsible, pues hablamos de delitos que se tratan de forma muy diferente en cada país de la UE. Por ejemplo, en Alemania y en España. O en Bélgica y en España. O en el Reino Unido y en España.

Pretender, como el juez Llarena, que en otros países van a dar por sentado lo que él diga en sus euroordenes, es algo absurdo. Hay que ser realistas, y pensar que esas euroordenes, además de problemas formales, que ni en eso es capaz de dar una a derechas el señor Llarena, van a dar como resultado la entrega del señor Puigdemont por rebelión o sedición... Pues eso, que el buen hombre ha vendido una burra, y lo malo es que en España, muchos se la han comprado, y ahora, desconcertados, hablan de una supuesta "falta de confianza", "falta de solidaridad", ... cuando simplemente hay un mecanismo legal que se debe cumplir.

El señor Llarena debía haber advertido que las posibilidades de entrega, aunque existen, son pequeñas. Muy pequeñas en la orden original por rebelión, y algo más grandes (aunque todavía lejos del 50%) en las actuales por sedición.

A partir de ahí, pues dejar de llamarse a engaño, tener un poco más de ese respeto que pedimos a nuestra justicia, por las justicias de otros países, y resolver el tema legal, en un sentido u otro, como en cualquier disputa en tribunales. A veces se gana, a veces se pierde.