
Iniciado por
Panelable
Yo, lo único que defiendo es que NO se puede estar nunca a favor del Estado, sea el que sea y de donde sea, porque es una máquina de picar carne, carne humana, carne animal y carne vegetal. Por eso, casi cualquier cosa que cuestiona al Estado, y ahí entra el "estado de cosas", suele despertar mis simpatías...
Y, para que se vea bien que el Estado es una máquina de picar carne, y que me subleva todo aquel que está a su favor, propongo el siguiente ejercicio para que se vea bien qué es lo que le interesa realmente al Estado que no son, en absoluto, las personas, sino en este caso el fuck territorio:
Ejercicio.
1.- Los siete millones de Catalanes, (por seguir con el ejemplo), dan un paso al frente y salen por la frontera de Francia diciendo que se van de España, pero dejan la demarcación territorial impoluta, para que el Estado se la coma con patatas. ¿Estaríamos hablando de qué tipo de problema? ¿Eh? ¿De qué tipo de problema estaríamos hablando más allá de que sería Francia la que tendría un pequeño problema de intendencia? ¿Veis lo que realmente le interesa al Estado y no ninguna proclama sobre ninguna ciudadano ni nada que se le parezca? Los ciudadanos, al Estado, le importan un cojón de pato.
2-. Salen los 7 millones, y al mismo tiempo entra un francés que, al ver el solar tan amplio y despejado, va el tío y dice, "me lo quedo" y planta la bandera de Francia -o de un nuevo país que se ha inventado el tío en medio de la emoción-. ¿Lo véis? ¿Véis la reacción inmediata del Estado español en el asunto? ¿Ah, que no lo véis? ¿No? ¿De verdad? Pues refrescaré la memoria con algo todavía peor: El islote vacío, sin nadie, sin un alma, llamado PEREJIL y la que se armó porque unos marroquis flipados plantaron una banderita allí mismo... ¿O es que ya se había olvidado? Pues eso es lo que le interesa al Estado, el fuk territorio, haya o no un alma, y cuando hay almas, si toma interés, lo hace en tanto considera esas almas como súbditas de dicho Estado. Y por eso, y termino, es capaz de enviar a vuestros hijos a una muerte segura en una guerra por un quítame de allí esa bandera, o afostiar al personal por llevar una papeleta en mano para meter en una urna... En fin, hay tantos ejemplos..., pero tantos... Por eso siempre hay una tensión irresoluble entre la democracia y el Estado que, cuando le conviene, la defiende, y cuando le conviene se la salta a la torera constantemente. Y esto último lo hace continuamente.
Saludos.