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Cuatro minutos
Eso, cuatro minutos para demostrar al mundo la genialidad, en una película de casi dos horas que se pasan volando.
La historia cuenta las vidas de una joven presa y una anciana profesora de piano, mediante flashback dentro de otra historia, la de una carcel alemana y la lucha por conseguir realizar su respectivas misiones. Sus vivencias y secretos afloran, en un relato bien tejido, y el día a día de la carcel, con personajes peculiares, esta bien caracterizado.
La fotografía, con grano y tonos oscuros, transmiten la tristeza y frialdad carcelaria, solo rota por la MUSICA y, la conexión entre ellas.
La banda sonora, realmente las interpretaciones breves de Mozart, Beethoven o Schumman, aporta la sensación de ensoñamiento liberador.
No deja impávido, ayer todo el cine se quedaba sin moverse tras el fin de la película, una historia que impone respeto.