Magistral. Es una obra maestra. No me esperaba un peliculón como el que nos sirve el señor George Miller. Se ve siempre con una sonrisa en la cara, menos una secuencia al pincipio de la película y la última media hora, en la que la película pasa a ser un drama absoluto, casi no apto para los peques.
Un guión lleno de ritmo y humor y una dirección vigorosa, a lo que hay que añadir unas cualidades técnicas que, para mí, superan a Pixar.
Una maravilla. De las mejores películas del año.