En un mundo musical como el pop en el que los superlativos se acumulan con tanta facilidad no hay personaje tan apabullante en términos de talento musical y artístico como Prince. Le cabía toda el Pop, el Rock, el Funk, el Soul y el Riz-man-blus en la cabeza. Multi instrumentista, súper compositor, fantástico productor, arreglista y gran músico además de disponer de un concepto artístico innato. Había que verlo en directo para darte cuenta de lo que era, una personalidad musical apabullante.

Todo lo que sacó en los 80 es imprescindible, obra maestra tras obra maestra cubriendo un abanico de estilos personalizados a-la-Prince. Funk, P-Funk, Psicodelia, Rock negro, balada soul tórrida, rap… Es cierto que se disipó en peleas discográficas y su metamorfosis de follador impenitente a testigo de Jehová le aplanó un tanto la inventiva no dejó de ser un personaje casi sobrenatural en el terreno musical. Una auténtica tragedia porque creo que le quedaba mucho que ofrecer. Gracias a Dios que los archivos musicales de Prince son gigantescos y pueden estar lanzando grabaciones hasta el año 3000.
Tanto que recordar, tantos temas memorables que es difícil destacar algo. Por decir alguna de su monumental catálogo, el Sign of the Times, es suerte de” Walk on the Wild Side” de la era del sida. Además con la participación de la preciosa Sheila E, hija del fantástico Pete Escovedo con la que tenía fantasías en las que nuestros cuerpos percutían en la noche...

Saludos