Siete psicópatas

La sombra de Quentin Tarantino es alargada,, muy alargada. Y digo esto porque Siete psicópatas recuerda al cine de Tarantino en todo el metraje. El punto fuerte son sus elaborados diálogos (En este sentido, la primera secuencia supone toda una declaración de principios, pues dos de los actores más destacados de la serie Boardwalk Empire, Michael Stuhlbarg y Michael Pitt –en un cameo-, conversan sobre el gángster real Dillinger y el film de ficción El padrino, con un desenlace al mas puro Tarantino). Además, da una enorme importancia a los personajes secundarios, por lo que el reparto tiene una importancia fundamental. Colin Farrell, que no siempre parece motivado, interpreta a un alto nivel, y está muy bien secundado por Sam Rockwell, en un papel de desequilibrado que borda.Excepcional Christopher Walken y el aceptable Woody Harrelson. .

Como era de esperar, al igual que en su anterior trabajo, Escondidos en Brujas, el realizador Martin McDonagh mezcla el thriller y la comedia negra. Añade numerosos elementos cinematográficos, pues conforme el protagonista va componiendo su guión, se confunde la realidad con la ficción. El nombre del personaje, Marty, no parece casual, sino que es el mismo del realizador.

En definitiva,coje una coctelera, mete a Tarantino, un poco de los Coen y de Guy Ritchie con pequeñas gotas de Jarmusch y obtendrá 110 minutos de entretenimiento asegurado, gracias a un director que ya se abre paso y suma seguidores con un estilo que muchos intentarán, pero pocos, como McDonagh, sabrán conseguir.