...Y se trataría la tuya, en mi humilde opinión, de una decisión muy acertada; si es en V.O., tanto mejor, porque los giros expresivos cuentan en esta película.
En cierta medida, y sin pretender polemizar sobre la obra del Sr. Cameron, es una especie de “anti-avatar”. Aquí el desbordamiento de los sentidos no es el mecanismo para emocionar al espectador, aunque la fotografía y el entorno cumplan el objetivo deseado.
Contando con una auténtica obra maestra de la lectura como punto de partida, el guión -a mi parecer- cumple la finalidad de transmitir las tres ideas básicas que orbitan sobre esta filmación:
El amor, la humanidad en su sentido más instintivo y primario, la inextinguible llama que arde para preservar a los que nos importan cualesquiera que sean las circunstancias que nos son impuestas.
La inhumanidad, la brutalidad, la pérdida de valores, convicciones, dignidad y respeto por uno mismo y por los demás aliada con una supervivencia a toda costa.
La desesperación en su estado más puro como heredera de la pérdida de esperanza y la disolución de los vínculos emotivos. El miedo como elemento desintegrador e irrevocable e irreversible.

Y aunque todo ello suene demasiado trascendente, demasiado rebuscado o demasiado existencial, la película (y, desde luego, el libro) no lo muestra como una ópera desmesurada, inverosímil, efectista o con ambiciones manipuladoras de nuestras emociones.
Antes al contrario, si gusta es porque es, literalmente, terrorífica y conmovedora. Y lo es porque es demasiado, demasiado verosímil. Y que Dios nos asista si alguna vez se llega a eso.

Saludos