En 1936 Samuel Barber escribió su "Adagio for Strings". Era una pieza corta, apenas ocho minutos, y Barber era todavía un joven compositor. Le encantó triunfar gracias al estreno dirigido por Toscanini, pero pronto "Adagio for Strings" empezó a tener una vida propia y acabó por convertirse en una especie de himno funerario:
Es una pieza preciosa, en cualquier caso:
El DJ holandés Tiësto hizo en 2005 un 'remix' del Adagio, y en lugar de celebrar la muerte, lo convirtió en un himno dance. Barber ya no estaba entre nosotros por aquel entonces, pero estoy seguro de que le hubiera encantado: