Lo cierto es que no me acuerdo muy bien de la última vez que compré un vinilo para mí, hace ya tiempo, sin duda. En realidad, ya tengo demasiados vinilos, y tendría que pensar más en deshacerme de alguno, que en comprar uno nuevo. Pero les tengo cierto apego sentimental, especialmente a la parte que heredé de mi padre y mi abuela.

Sin embargo, estoy rodeado de un pequeño grupo de mujeres jóvenes: mi hija, mi sobrina, mi ahijada, mi nuera... que han ido cayendo todas bajo la tendencia/moda de escuchar vinilos. Yo intenté disuadirlas, pero con el mismo éxito que cuando intento disuadirlas de cualquier otra cosa.

Para ellas, y como regalos, sí que compró vinilos. Este año ya les ha caído alguno a las cuatro. El último, fue este: