Laura Branigan tenía una preciosa voz, con una extensión de más de tres octavas, y cantó repertorio adecuado a esa voz, como "Power of Love" o "Show me Heaven", pero curiosamente sus grandes éxitos llegaron adaptando canciones pop italianas, que adquirían una nueva e inesperada dimensión en la interpretación de Branigan. Esta es "Gloria", de 1982: