El perfecto antídoto para tanto biopic blandurrio, "A propósito de Lewyn Davis" de los Hermanos Cohen. Ni un musical ni una representación de un periodo ebullente en la historia del folk-rock estadounidense. Inspirado vagamente en un cantautor llamado Dave Van Ronk, describe el ambiente que se experimentaba en el Greenwich Village Neoyorkino cinco minutos antes de la aparición de Dylan como catalizador de la nueva era de los cantautores. Plagado de referencias a personajes míticos del bussines cuenta la historia de los que fracasan sin tonos épicos, un buen artista pero no excepcional, como en la vida real. Una vida que empieza a lindar lo miserable y lleno de amarguras, con algunas escenas memorables como las de F. Murray Abraham en un epígono de Albert Grossman (que se convertiría en el manager de Dylan y de Janis Joplin).

Oscar Isaac está de lujo, uno de esos grandes actores actuales que pueden construir un personaje sin recurrir a las muecas ni tics. Ni que decir tiene que yo soy un incondicional de los Cohen, cuya peor película es mejor que la de la gran mayoría de directores.



Saludos