El gran Polansky adaptó una novela de Pérez Reverte (El Club Dumas) para el cine con el talento que le caracteriza. Para la banda sonora contó con la participación del extraordinario compositor polaco Wojciech Kilar (más conocido por su participación en el Drácula de Coppola). Aunque no fue su primera colaboración ni la última (La muerte y la doncella y la posterior El Pianista) el trabajo que realizó en este film me parece extraordinario, más cercano al Drácula por su tono ominoso y lleno de paisajes sonoros sombríos. La banda sonora es tan buena en sus momentos más prominentes como en los más sutiles de acompañamiento de situaciones(su Vocalise). La excelente instrumentación es otro de sus sellos personales.



La película es fenomenal, tan amena como la novela y algo más inquietante en su desarrollo. Una historia diabólica con una de las mejores representaciones demoníacas que recuerdo (esa encarnación en lo que parece una Erasmus nórdica de la salvajemente misteriosa Emmanuelle Seigner), la belleza pecaminosa de Lena Olin, el estupendo Johnny Depp aportando el contrapunto escéptico a la historia y un Frank Langella entre cómico y aterrador a la vez (impagable la lucha a muerte con Lena Olin).





De todas las formas que conozco de sucumbir al infierno esta es la más recomendable.

Saludos